"El traje nuevo del emperador": No sólo la estupidez es divertida
Le leo este cuento a la princesita todas las noches. Está muy bien escrito. Al tomar prestado al rey de las rayas, el cuento de hadas nos muestra muchas cosas más profundas, solo unas pocas palabras y una rápida actualización.
1. Frente al poder, especialmente al poder abrumador, desde los ministros hasta la gente común y corriente, la gente ha optado por aceptar las mentiras obvias y estar tácitamente de acuerdo con ellas.
2. Al emperador le gustan las "decoraciones bonitas", ¿a quién no le gustan los buenos personajes?
Le gusta mucho usar ropa nueva y bonita, es la naturaleza humana.
¿Por qué te gusta usar ropa bonita? Para lucirse y satisfacer la falsa vanidad.
Cómo llevar ropa bonita: gasta todo tu dinero en ropa.
3. Existen dos criterios para medir la felicidad en la vida: la de los demás y la de uno mismo. En definitiva, país y familia. Para el país, al emperador no le importaba el ejército; al emperador no le gustaba ver teatro ni perseguir los intereses de la vida. Su corazón está vacío y necesitado.
4. Los mentirosos restauran la verdad, y la verdad restaurada es fea. ¿Sigue siendo hermoso el rey cuando se quita la ropa y expone su trasero?
4. Esta enorme estafa se basa en una fuerte base psicológica: ningún incompetente o estúpido puede ver la ropa.
5. Decir mentiras con los ojos abiertos es porque estás atrapado en un dilema: o admitir que eres estúpido o decir mentiras. Todos eligieron por unanimidad lo último.
6. ¿Quién se atreve a enfrentarse a la verdad? niño. Fue un niño ingenuo quien expuso la mentira. Los ojos de un niño son los más brillantes, como el sol de la mañana y el primer rocío, manteniendo la autenticidad de la vida.
7. Las mentiras se pueden seguir a ciegas, y además son extremadamente frágiles. Un niño dijo en voz baja: "¡Pero no lleva ropa!". Todos entendieron.
8. No todas las personas son tercas. Mientras alguien levante los brazos y grite para romper la jaula de hierro, rápidamente saldrán y admitirán sus errores. La gente susurró las palabras de los niños en privado y, finalmente, toda la gente común habló.
9. El emperador también se dio cuenta inmediatamente de su error.
El emperador estaba temblando un poco, porque parecía pensar que lo que decía el pueblo era correcto.
10. Un emperador que se da cuenta de sus errores no pone fin a sus errores.
Pero pensó en su corazón: "Debo completar este desfile". Entonces puso una mirada más orgullosa, y sus ministros lo siguieron, sosteniendo en sus manos un tren que no existe.
11. Todavía queda un largo camino por recorrer antes de que podamos cambiar verdaderamente las falacias irracionales de la realidad.
Adjunto el texto original de “El traje nuevo del Emperador”: