¿Cuál es la traducción china de "El maestro de niños, el erudito que enseña y aprende sus frases, no es como yo llamo a la persona que cuenta historias para resolver su confusión"?
Los maestros de esos niños son maestros que les enseñan vocabulario y les ayudan a aprender a segmentar oraciones, en lugar de maestros que pueden enseñar esos principios y responder esas preguntas difíciles sobre ellos.
"El maestro de un niño es un erudito que aprende de los libros que enseña, pero no es una persona que cuenta historias para resolver su confusión" proviene de "Sobre los maestros" escrito por Han Yu en la dinastía Tang. A su alumno Li Pan.
Han Yu (768-824), escritor, filósofo y pensador de la dinastía Tang, nació en Heyang, Henan (ahora ciudad de Mengzhou, Jiaozuo, Henan), de nacionalidad Han, y su hogar ancestral. es Changli (ahora Yixian, Liaoning). "Han Changli" también se conoce como "Li Hanbu" y "Han Wengong". Han Yu, 25 años, erudito, sirvió como censor, ministro de castigo, gobernador de Chaoshan (ahora Chao'an, Guangdong), médico, ministro de asuntos oficiales, etc. Tanto él como Liu Zongyuan fueron defensores del antiguo movimiento de la prosa en la dinastía Tang, abogando por aprender el lenguaje en prosa de las dinastías anteriores a Qin y Han, rompiendo la prosa paralela en pedazos y expandiendo la función expresiva del chino clásico. Su Shi en la dinastía Song lo llamó "el declive de la literatura en las Ocho Dinastías", y la gente de la Dinastía Ming lo clasificó como el primero de los ocho grandes escritores de las Dinastías Tang y Song. Junto con Liu Zongyuan, se le conoce como "Liu Han" y se le conoce como un "gran escritor" y "un maestro literario de todas las generaciones". Sus obras están incluidas en la colección del Sr. Chang Li.
"Profesores" es un breve artículo que explica el importante papel de los profesores, la necesidad de aprender de los profesores y los principios para seleccionarlos. Este artículo critica la idea errónea de que los "funcionarios literarios" de aquella época se avergonzaban de ser profesores y defiende la cultura de aprender de los profesores. Es también una respuesta pública y una severa refutación de esos detractores. El autor muestra que cualquiera puede ser su propio maestro y que no se debe rechazar la humildad en el aprendizaje por diferencias de estatus o edad. Al final del artículo, las palabras y los hechos de Confucio se utilizan para demostrar que la forma de buscar maestros ha existido desde la antigüedad y que la gente no debe abandonarla.