"No te quiero" es una táctica común utilizada por los padres para lidiar con el mal comportamiento de sus hijos. ¿Cómo afectará esto a sus hijos?
El pensamiento de los niños es directo y sencillo. Lo que han experimentado o imaginado es desconocido para los demás y sus padres lo cuentan una y otra vez, lo que profundiza sus miedos internos. Lo que hacen los padres es cruel. Muchas cuestiones triviales en el mundo de los adultos son pesadillas de toda la vida de los niños, que profundizan sus miedos e incluso les hacen tener miedo de apagar las luces, miedo a la oscuridad y provocarles convulsiones. Cuando muchos padres están enojados, suelen decir: "Si sigues haciendo esto, te echaremos a la basura" o "Si vuelves a llorar, no te querremos más". Como todo el mundo sabe, esta frase es tan venenosa como el arsénico y mortal para los niños. En el futuro, si un niño queda excluido, naturalmente recordará lo que dijeron sus padres acerca de no quererlo y se sentirá psicológicamente frustrado por haber sido abandonado e ignorado. Muchos niños suelen mostrar congraciación y cautela poco amorosa en las interacciones, principalmente porque son extremadamente inseguros, lo que tiene mucho que ver con las habituales amenazas verbales de sus padres.
Si descubre que su hijo se está volviendo cada vez más desobediente y necesita que lo amenacen constantemente para detenerlo, entonces los padres deben reflexionar sobre sí mismos. No es que el niño se haya vuelto malo, sino que nuestros conocimientos y habilidades como padres son limitados y la forma en que guiamos a nuestros hijos es inapropiada. En lugar de amenazar siempre verbalmente con hacer daño a sus hijos, es mejor dedicar más tiempo a estudiar cómo criarlos científicamente para que usted pueda crecer con sus hijos.