¿Qué quieres decir cuando dices "La vida se trata de trabajo duro y sin ganancias"?
Déjame compartir contigo lo que quiero, lo que no puedo renunciar y lo que debo hacer:
Primero, no puedo conseguir lo que quiero
Soy una niña. Cuando era joven, realmente deseaba tener un piano. Pero como la familia es pobre, se puede decir que este deseo es un lujo. La capacidad financiera de mi familia sólo me permite tener un pequeño piano de juguete. Le dije a mi madre: ¿Cuándo podré comprar el original? Mamá respondió: Esperaremos hasta que nuestra familia tenga dinero. De esta manera, el piano se convirtió en algo que no podía tener.
A partir de este incidente, entiendo que todo lo que queremos en la vida requiere que enfrentemos la realidad, luego la aceptemos y finalmente la dejemos ir.
En segundo lugar, no puedo rendirme.
Siempre me ha gustado un chico de mi clase desde el instituto, y no ha cambiado desde que empecé a trabajar. De hecho, este compañero de clase sabía que me gustaba, pero en realidad solo me consideraba un buen amigo. Aun así, no dejé de esperarlo. Siempre esperé que cambiara de opinión y descubriera lo buena que era.
Hasta que un día me encontré en la calle con un compañero de clase, de compras de la mano de su novia. Estoy realmente triste. Mi mejor amigo también me aconsejó que lo dejara pasar. Quizás amar a alguien te vuelve irracional. En ese momento todavía sentí que podía esperarlo. Mi mejor amigo me dijo: La persona que amo ya tiene un amante y la mirada de sus ojos demuestra que no soy lo suficientemente bueno. Finalmente lo superé y dejé de perder el tiempo en relaciones infructuosas. Debería renunciar a lo que debería renunciar.
Podemos entender una verdad de este incidente: a veces la persona que amas ya tiene un amante y toma la decisión que considera correcta. Entonces deberíamos bendecirlo en este momento y respetar su elección. Después de todo, el amor no puede ser forzado, del mismo modo que retorcer melones no puede ser dulce.
En tercer lugar, tengo que pagar el precio.
Tengo la suerte de haber conocido a mi marido. Su amor por mí es verdaderamente incomparable, incluso más que el de mis padres. A veces la persona que amas no tiene nada que ocultar, pero en ese momento no lo entendí y pensé que daba por sentado todas mis cosas buenas. Por ejemplo, no importa cuánto lo lastime, él nunca se enoja cuando le causo problemas sin motivo alguno. También hace todas las tareas del hogar después de regresar del trabajo.
No fue hasta una pelea que dijo la verdad. Espera que a veces no sea irracional. Sintió que esta forma de llevarse bien lo hacía sentir cansado. Sólo entonces me di cuenta de cuánto tiempo mi marido me había tolerado en silencio y de cuánta decepción había acumulado.
A partir de este incidente, entiendo: aprecia a la persona que tienes frente a ti, capta con cuidado los límites y los límites del amor y no permitas que los errores originales vuelvan a ocurrir.
Finalmente, espero que todos puedan aprender a "renunciar". Lo que renuncies, lo obtendrás. ¡Te deseo una vida feliz!