Examen nacional de ingreso a la universidad 2011 Prueba de inglés 1: comprensión de lectura A
Crecí en Nueva Jersey en la década de 1960. En aquella época teníamos un lechero, el señor Basel. Llevaba una gorra blanca y conducía una camioneta blanca. Cuando tenía cinco años, me quedé mirando la bolsa de monedas que llevaba sujeta al cinturón. Un día, cuando estaba entregando la mercancía, se dio cuenta, sacó una bolsa de monedas y me la dio.
Por supuesto, entrega algo más que leche. Hay huevos con queso y demás. Si necesitábamos cambiar un pedido, mi mamá escribía una nota: "Agregue una botella de suero de leche a su próxima entrega", y la ponía en la caja con la botella vacía. Entonces el suero de leche aparecerá mágicamente.
Por supuesto, no sólo entrega leche, sino también queso, huevos, etc. Si necesitábamos modificar un pedido, mi mamá escribía una nota "Agregar una botella de leche desnatada al próximo envío" y ponía la nota en una caja con una botella vacía. La leche descremada aparecerá mágicamente la próxima vez.
Nada de esto es sólo por conveniencia. Existe una estrecha relación entre la familia y el lechero. El Sr. Basil incluso tenía una llave de nuestra casa, y cuando hacía demasiado frío afuera, guardábamos la caja adentro para que la leche no se congelara. Recuerdo que el señor Basil se tomaba un descanso de vez en cuando en la mesa de nuestra cocina para tomar una taza de té y contar historias sobre su parto.
Todo es conveniente y cada familia mantiene una buena relación con su lechero. El señor Basel tenía incluso la llave de nuestra casa. Como hacía mucho frío afuera, guardamos los cartones de leche adentro para que la leche no se congelara. Recuerdo muchas veces haber visto al señor Basil relajándose en la mesa de mi cocina, bebiendo té y charlando sobre sus aventuras como repartidor de leche.
Desafortunadamente, hoy no se entrega leche a su puerta. Las grandes empresas permiten producir leche más barata, lo que dificulta la competencia de los lecheros. La leche Bayside se vende en todas partes y ofrecer entrega a domicilio puede no ser práctico.
El reparto familiar de leche es actualmente muy deprimente. La leche producida por las grandes empresas es más barata y a los lecheros les resulta difícil competir con ella. Y la leche se puede comprar en todas partes, por lo que poco a poco los servicios de entrega de leche ya no son necesarios.
Un viejo cartón de leche que vi en el campo hace poco me trajo recuerdos de mi infancia. Lo llevé a casa y lo planté en el porche trasero. Los amigos de mi hijo suelen preguntar qué es. Entonces comencé a contar la historia de mi infancia y del lechero que nos trajo amistad con su leche.
Hace poco vi un viejo cartón de leche en el campo y me recordó a mi propia infancia. Lo llevé a casa y lo puse en el porche trasero. Cada vez que los amigos de mi hijo preguntan qué es esto, empiezo a hablar de mi infancia y de la amistad que el lechero formó con nosotros a causa de la leche.