¡2014 conmovió los materiales argumentativos de las diez figuras más importantes de China! ! ! ! ! ! ! ! !
Liu Shenglan, una aldeana común, trabajó afuera cuando era joven y luego trabajó como conserje en una empresa. Cuando tenía 73 años, su esposa falleció y se convirtió en un anciano solitario. Para asegurarse de que alguien cuidara de él cuando fuera demasiado mayor para moverse, comenzó a ayudar a los estudiantes. Ésta es la intención original del anciano. Pero más tarde, la escala de su ayuda superó con creces su imaginación. En 1998, Liu Shenglan vio un informe de rescate en el periódico. Desde entonces, a los 73 años, donó su magro salario. Además, los estudiantes donados se han "expandido" gradualmente desde varias ciudades de los alrededores a todas partes del país. Como máximo, patrocinó a más de 50 estudiantes al mismo tiempo. Todas las mañanas, Liu Shenglan se levantaba, preparaba algunas comidas sencillas y andaba en bicicleta por el pueblo hasta que recogía muchos trapos. 17 Apenas había probado la carne, ni se había comprado un vestido nuevo. Es muy tacaño y ni siquiera está dispuesto a comprar un panecillo al vapor. Ha donado un total de más de 70.000 yuanes para apoyar la educación y ha financiado a más de 100 estudiantes. Liu Shenglan nunca ha estado en un asilo de ancianos y puede recibir 4.000 yuanes para gastos de manutención cada año. Donó todo su dinero a estudiantes pobres. El único tesoro de Liu Shenglan es una bolsa de tela azul oscuro llena de órdenes de envío y cartas de respuesta. Después de tantos años, el anciano no recuerda cuánto dinero envió ni cuántas cartas recibió. En agosto de 2013, Liu Shenglan ingresó en el hospital debido a una enfermedad renal, pero todavía estaba pensando en donar dinero para la educación, temiendo que la interrupción y el fracaso de las remesas arruinarían las esperanzas de los niños. Cuando supieron que el anciano estaba hospitalizado, muchos niños apadrinados regresaron para visitarlo y cuidarlo. Todavía recuerdo las palabras premiadas que conmocionaron mi corazón: las velas viejas brillaban levemente y las viejas manos escribieron el amor del mundo. Con un cuerpo enfermo y una mente noble, el hombre de noventa años despreciaba la vida. Los montones de remesas son cuestionarios que nos envían y todos deben pensar en las respuestas. ¡Fue él quien me hizo sentir respeto por la benevolencia! Después de ver "Moving China", mi corazón parecía haber sido bautizado por los dioses. Detrás de las lágrimas y las emociones, lo que obtuve no fueron sólo las palabras, sino también la indescriptible conmoción y emoción en mi corazón. En la vida mucha gente nos toca a nosotros y a los demás con sus pequeñas cosas.
Nunca faltan historias conmovedoras en la vida, pero en el ajetreado estudio y la vida, nos olvidamos de usar ojos que descubren la belleza para descubrir estas historias conmovedoras que pueden conmocionar el alma. Mira el mundo con el corazón y encuentra los detalles en movimiento.