¡Un niño de 1 año tragó accidentalmente 11 cuentas magnéticas y el médico tardó casi 2 horas en extraerlas! ¿Cómo es el estado actual del niño?
Un niño de un año se comió accidentalmente el juguete de su hermano menor mientras jugaba en casa. Durante este largo período de tiempo, su familia y sus hijos no se sintieron incómodos. No fue hasta medio mes después que el niño tuvo una reacción fisiológica y descubrió que había 11 cuentas magnéticas en su cuerpo. Fue enviado al hospital para ser operado el 19 de septiembre. Después de los esfuerzos de los médicos, le quitaron todas las perlas magnéticas de su estómago y la vida del niño no estuvo en peligro.
2. ¿Qué aprendimos de este incidente?
La capacidad de los niños para distinguir cosas no es alta y no saben qué cosas se deben usar y qué cosas no se deben tocar.
Al mismo tiempo, deberíamos estar más atentos a nuestros hijos. Siempre debemos observar si los niños se sienten incómodos. Podemos pedirle muchas veces en la vida diaria para tranquilizarnos y evitar que nuestros hijos sufran más.
A algunos niños no les gusta contarles a sus padres su verdadera situación. En este momento, nuestros padres deben descubrir el problema a tiempo a través de su propio descubrimiento y luego comunicarse con el niño, enseñarle que los padres son las personas en las que más confía y jugar algunos juegos familiares con el niño para que reflexione plenamente. el amor de los padres, que también le dirá al niño. Hay muchas cosas que no me resistiré a comunicar con mis padres y mi familia.
En tercer lugar, ¿cómo podemos evitar que ocurran este tipo de incidentes?
Los padres enfatizaron repetidamente. Un niño mayor de un año es inmaduro y perfecto. Muchas cosas requieren que nuestros padres se comuniquen con él y le digan claramente lo que está bien y lo que está mal. Permitir que los niños establezcan un buen sentido del bien y del mal desde una edad temprana reducirá muchos problemas innecesarios.
Tener a alguien que te acompañe. La capacidad de autoprotección de los niños también es débil. Cuando nuestros hijos juegan, los padres intentamos quedarnos con ellos y no interferir. Lo custodiamos en silencio y le permitimos asumir la responsabilidad de sus acciones. Una vez que pase el dolor, cambiará y asumirá la responsabilidad.